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¿Alguna vez te has preguntado cómo se comenzó a transmitir el sonido musical a través de la escritur


No siempre fue tal como la conocemos hoy. El primer paso que se dio fue adoptar una única línea horizontal que representaba un tono fijo. Por encima o por debajo de ella se escribían unos signos llamados neumas que indicaban, en forma aproximada, si la melodía subía o bajaba.

Como imaginarán, poder recordar una canción de esta forma era bastante complicado.

La verdadera revolución musical llegó en el siglo XI, de la mano de Guido D’Arezzo. Se le debe a él, en gran parte, el origen de nuestra escritura musical. Inventó un ingenioso método de ‘solfeo’, basado en la utilización de distintas partes de la mano, pero sobre todo, propuso un sistema de líneas horizontales paralelas, de distintos colores, que acabarían siendo el pentagrama que hoy conocemos.

Él fue quien dio valor, tanto a las líneas ,como a los espacios. En lugar de poner las sílabas del texto en la pauta, puso neumas o signos musicales que las representaban.

Además de esto, su más importante contribución fue dar a los distintos sonidos de la escala los nombres por los que hoy los conocemos. En la Edad Media, las escalas musicales estaban formadas por seis notas (hexacordos), mientras que las notas musicales se denominaban por medio del alfabeto: A, B, C, D, E, F, G.

Por aquellos días solía cantarse un himno a San Juan que tenía la particularidad de que cada frase musical, empezaba con una nota superior a la que antecedía. Entonces, Guido tuvo la idea de emplear las primeras sílabas de cada frase para identificar las notas que con ellas se entonaban. El texto latino de este himno rezaba así:

UT queant laxis REsonare fibris MIra gestorum FAmuli tuorum SOLve polluti LAbii reatum Sancte Iohannes

(“Para que tus siervos puedan cantar bien alto, las maravillas de tu vida, borra la pena que asoma en sus labios San Juan”)

D’Arezzo denominó a este sistema de entonación ‘solmización’ y, más tarde, ‘solfeo’. Usaba este sistema para la enseñanza de la música, adquiriendo muy pronto gran popularidad y el Papa ordenó su introducción inmediata a la Iglesia. Muy pronto se sustituyó UT por DO, pues esta sílaba, por terminar en vocal, se adaptaba mucho mejor al canto (aunque en Francia sigue llamándose igual). Tiempo después, fue ‘descubierta’ la séptima nota y recibió el nombre de SI (formada por la unión de las palabras Sancte Ioannes, es decir, San Juan) apotheke cialis 20mg. Los países donde no llegaron los músicos o trovadores latinos, siguieron con el antiguo sistema de las letras del alfabeto, tal es el caso de Inglaterra, Alemania, los países escandinavos, Norteamérica y otros más.

A B C D E F G La Si Do Re Mi Fa Sol

Información obtenida a través de: http://taller.cuandocalientaelsol.net/2009/02/20/guido-darezzo-995-1050/


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